Octavo Mundo: revista variaté online

A comienzos de la década del 50 y luego que América se consolidará como vencedora en la Segunda Guerra Mundial, los americanos y el mundo vieron como su país se transformaba en una nación dominadora y casi invencible. Era el comienzo de la guerra fría, el país que proclamaba la libertad y el consumismo se mostraba como ejemplo digno a seguir, sin embargo en el pueblo americano se respiraban otros aires, pocas oportunidades laborales para los jóvenes, el exceso control y presión que existía sobre ellos, el constante y enfermizo llamado del Tío Sam, las repetitivas criticas de los viejos vinagres hacia la juventud, el comienzo del consumismo en masa y por sobre todo, la yayita del estado americano, la contradicción más grande en un país que se dice llamar la casa de la libertad: el racismo.
Este fenómeno, aunque no lo crean amigos míos, se dio en plena mitad del siglo XX, donde los negros tenían 0 oportunidad de educarse, de salud, de libre tránsito, en fin, todas las condiciones básicas humanas les estaban prohibidas desde siglos. Sin embargo y como suele suceder cuando existen estas condiciones, los negros comenzaron a forjar su propia cultura, la cual se basaba principalmente en la música, utilizando todo instrumento, estos genios comenzaron, inconcientemente a cultivar sus actividades en la sociedad americana, el Blues, el River o Missisipi Blues, el Rattle and Blues, el Jazz, y otras creaciones comenzaron a invadir los oídos de los blancos, los cuales, principalmente lo jóvenes, poco a poco comenzaron a sentirse atraídos por, en ese entonces leyendas vivientes como Robert Jonhson y su peculiar historia con el demonio.
Así, estos jóvenes de distintas razas comenzaron a juntarse y compartir sus culturas, la cual si bien estaba diferenciada por un pasado obscuro y lleno de trágicos eventos, supieron pasarlos por altos y cultivarse mutuamente. Comenzaron entonces a mezclar sonidos y a compartir experiencias, los jóvenes blancos cansados de la estéril vida que ofrecía el mundo blanco, fabricado para viejos, se adentraron en la cultura negra observando su entorno social. Se crea la white trash o basura blanca, denominación que iba dirigida a estos jóvenes blancos que compartían vidas con sus hermanos negros.
En lo musical los jóvenes comenzaron a mezclar sonidos, los negros indagaron en sonidos blancos como el country y el hillbilly y los blancos a investigar los sonidos de la exquisita música negra denominada rock.
Teniendo en claro lo anterior, nos adentramos a los primeros años, estos jóvenes encontraron en la cultura negra y en su música la oportunidad de tener una voz que los ayudara a gritar su descontento, sus ganas de vivir, de salir de un mundo hecho para los viejos y comenzar una nueva era. Comienzan aparecer en las calles con un caminar rudo, con chaquetas de cuero, con su pelo engominado y se dirigieron a la sociedad con palabrotas, eran rudos con las chicas y las chicas ya no querían ser amas de casas, querían desvirginarse de todo, nacen los TEDDY BOYS (algo así como greasse brillantina o mejor representado en la figura del mítico James Dean y su Rebelde sin causa).
Los viejos comenzaron a enfadarse, los hijos comenzaban a revelarse frente al padre, al patrón y a la autoridad, su afición por la cultura negra era su pecado y se desterraron, buscaron nuevos horizontes, fueron los primeros en caminar por la larga carretera del rock and roll, los heroés malditos.
Así en 1954 aparece en la radio la primera canción Rockandrollera, Rock Around the Clock Roll, la cual mezclaba a la perfección el Country blanco, el Swing y el Rhythm and Blues. Fue la primera canción rockera y fue hecha por el inigualable Bill Halley y sus Cometas, se convirtió rápidamente en el himno de la juventud norteamericana y fue la piedra fundacional de un moviemiento que nunca más se rompería, siendo imitado por el excentrico Jerry Lee Lewis, Little Richard, el gran Chuck Berry, Genne Vicent, Boddy Holly y por un joven que llegó para consolidar definitivamente la unión negra y blanca, potenciando el Rockabilly y destrozando la estructura moral de los gringos, el rey, Elvis Presley.
Si bien hay quienes aseguran que esta época no tuvo nada de salvajismo y espíritu rebelde, me permito decir que en una sociedad estéril como la americana, llena de prejuicios, de valores extremadamente exagerados, de un apego al ejercicio de la guerra, de racismo y prejuicios sociales enormes, fue difícil ponerse la mochila y cargar con las piedras que trae la rebeldía y más encima hacerlo y morir con las botas puestas o en el paredón del eterno destierro. Agrego que el Rockabilly 50tero, a mi gusto, es la música más salvaje y golpeadora que he escuchado, por eso mi brazo se levanta al salud al escuchar un estilo que sigue siendo incomprendido y criticado por muchos, diciendo lo mismo que los viejos vinagres vociferaban en los cincuentas: “apaga esa wea, ¿no te duele la cabeza?”.

Hasta la próxima edición



Recuerden: cualquier comentario, opinión, consulta u otros a: octavomundo@gmail.com


toooooooooooooooodooooooooooooooooo
el apoyoooooooooooooooooooooooooooo



tiger dorita  


Publicar un comentario