Octavo Mundo: revista variaté online

Esa noche habló con su conciencia mientras acariciaba al gato negro que se apoyaba en sus rodillas, esa noche era especial, pues sabía que cruzaría las aguas de la muerte. El viejo esperaba su destino, mientras recordaba su niñez cuando jugaba a ser un sepulturero o cuando se pintaba la cara para parecerse a un zombi, una especie de muerto viviente, que vuelve a la vida con el llamado de macombo.
Su vida siempre estuvo ligada a la que él llamaba con cariño y respeto, “mi novia”, cuando tenía 6 años tuvo la fatal experiencia de asesinar a su vecino de tan solo 2 años, en lo que él aún considera como un accidente de niños. En su juventud violó y ultrajó a más de 10 adolescentes y mató sin piedad a su madre con el cable del teléfono y ya maduro cometió los más diversos pecados que la sociedad hualquina hubiese conocido. Era un satírico, un profano, una bestia abominable que incluso algunos llamaron el “hijo de la criatura”.
Nunca se supo su nombre, solo se hacia conocer bajo una sombra robusta y orgullosa, su sombrero negro y su largo cuchillo formaban la expresión perfecta del miedo y del espanto, nunca se le vio ebrio, de hecho algunos sobrevivientes decían con mucho espanto que sus actos los hacia con la mayor tranquilidad y la seguridad de alguien que le gusta su profesión.
Para muchos era el mismo cola de flecha, el pata de cabra, el belzebù, el ángel caído, lo último era casi cierto, de hecho poseía una cara angelical, uno ojos que proyectaban una humanidad casi benevolente y una sonrisa que daba tranquilidad a quienes llegaban a besarle la mano. Cuando en el día se paseaba tranquilamente por los parques de Hualqui, era bien recibido por todas las criaturas que habitaban ese ya desaparecido pueblo. La luz era su mejor disfraz, mas nadie sospecharía que bajo esa túnica y esa cruz, el hombre del altar que condenaba y perdonaba los pecados de los hombres, sería el mismo que le cerraría la vida a sus hijos, mujeres y esposos.
El tiempo pasaba y los asesinatos aumentaban, aún se recuerda con espanto aquel suceso que le costó la vida a la virginal hija del Alcalde, quien desapareció misteriosamente cerca de la plaza y que cuyo cuerpo fue descubierto en el cementerio con sus entrañas afuera y su cara totalmente deformada producto de los impactos recibidos con una cruz extraída de la tumba de una misteriosa mujer que fue ahorcada con un cable de teléfono y cuyo causante se encontraba aún en el anonimato.
Aquella noche fue fría, la conciencia del anciano estaba tranquila, pues siempre fue un servidor, un hombre intachable, un hijo de Dios, el cual como cualquier hombre Santo, fue tentado por la mano de Satanás,. Esa noche todos lloraron en la muerte del viejo, esa noche todos durmieron tranquilos.


Ignacio Jiménez García

Como sabemos nuestro mundo es sinónimo de constantes cambios que afectan directa o indirectamente todos los aspectos de nuestras vidas, una variante en nuestra línea de tiempo, por ejemplo, tendría las más insospechada consecuencia en nuestro actual comportamiento social e individual.
Analizando sobre los cambios y relatividades propios de nuestro entorno externo e interno, podemos ser capaces de plantearnos dudas insospechadas acerca de los más variados e insólitos temas, si a esas dudas le sumamos el poseso de globalización que afecta directamente nuestra conducta diaria, esos insospechados cuestionamientos pueden transformarse en algo mucho más que lo “insospechadamente sospechoso”.
Tal cuestionamiento deriva de una conversación que tuve con el peluquero, donde sentado en la silla de barbería, escuche los planteamientos de este señor acerca del tiempo y su cada vez más veloz paso en nuestras vidas. Bueno, él postulaba a que la sensación de que cada año se pasa más rápido que otro se debe a un fenómeno físico, en el cual el tiempo, entendido como una cosa concreta y no como concepto, a sufrido variaciones a lo largo de los últimos siglos. Para demostrar tal conjetura, nuestro improvisado Einstein se valió de fuentes del mundo empírico como la tan aclamada y reconocida conozca más y algunas direcciones web, que para ser franco las busqué y lo único que encontré fueron las palabras Error o Failed.
En fin, esa experiencia en la peluquería me invitó a meditar sobre el tiempo, pero más allá del tiempo, me invitó a pensar en las relatividades, donde el concepto tiempo es casi un dios. Es en las relatividades donde podemos defender y atacar muchas veces nuestros pensamientos más profundos, ponerlos en la mesa, plantearlos y compararlos con otras concepciones de igual naturaleza, pero de distinta forma.
Fue ahí cuando mi relativa teoría se fue relativizando, mis pensamientos de pronto se llenaron de explosivas imágenes de inimaginables conceptos que jugaban a confundir pensamientos, verdades, defensas y cuán cosa uno pueda tener en su mente una noche de jueves. Ufff!! una experiencia cuasi traumante, que de pronto pudo provocar algún estallido cuyo efecto secundario tendría que ser atendido con quizás que clases de drogas o suministros.
Relativamente cansado me fue a dormir, y dentro de mí ya relativa mente me fui al relativo mundo de los sueños, donde se dice que los problemas, cuestiones, interrogantes, penas y alegrías del hombre, pueden ser analizadas y entendidas como lo que son: relatividades.

Hay formas, conceptos, profundidaes, fondos, estrategías y miles de conceptos más que nos enseñan a vivir una vida. Unas de ellas son el apego a la familia, a las religiones, al entorno, al ser amado, al animal, al dinero, a la política, a los niños, a sí mismo, a dios, al diablo o a un qué sé yo, en fin cada vida busca adecuarse a tal o cual apego, busca adaptarse a tal o cual situación, las que obviamente bien elegidas nos entregarán jugosos dividendos a futuro. Para formular esta hipotesis no hay que ser un brujo, si bien se nota obvio y es una cuasi regla de vida humana, hay veces que nos cuestionamos tales conceptos "abrazadores de esperanza y sabiduría de vida". En mi particular caso, cada paso que doy por el tunel de la vida lo tomo como algo natural, como algo que hay que hacer, como algo que si bien no afectará de ningún modo la regla general, podría afectar en un centímetro mi forma de vida, creo que si entendemos los parametros conductuales humanos como un adiestramiento constante para conseguir un fin objetivo como lo es la felicidad o el reconocimiento humano, seguiremos abrazados a la esperanza de lograr el fin perfecto, el fin que nos mostrará a dios, a don zata, a marx, a hitler, a roberto valentino o a Elvis. Dicho fin nos lleva a la siguiente conjetura..¿qué debo hacer para lograr mi tan esperanzado final?, ¿cómo lo lograré?, ¿quién es mi más proxima competencia en esta carrera por la perfecta muerte?, y acá radica el problema, acá radica la raíz de todo, acá radica el miedo a equivocarse, el miedo a sentirse sólo, el miedo a nos ser observado, el miedo a ser uno más, el miedo a no esconderse, el miedo a esconderse, el miedo a tu igual, el miedo a tu no igual, el miedo a la vida, el miedo a tu muerte, el miedo a tu entorno, el miedo a mirar, el miedo a escuchar, el miedo a mentir, el miedo a decir la verdad, el miedo a odiar ,el miedo a querer, el miedo a enfrentar, el miedo a ser valiente, el miedo a ser cobarde, el miedo a ser generoso, el miedo de ser amigo, el miedo de ser enemigo, el miedo a la vida, el miedo a existir, el miedo al miedo, el miedo tu hermano, el miedo a tener derecho, el miedo a no tener derechos, el miedo a EXISTIR CON DIGNIDAD, el miedo al HUMANO, el miedo AL SER HUMANO, el miedo a ti MISMO.